La Cumbre: circuito chic-surrealista (parte 1)

Elegantes casonas estilo inglés rodeadas de parques amarillos (muchas convertidas en hoteles), casas de te de menú exquisito y galerías de arte, todo recostado sobre sierras verdes. Si tengo que describir a La Cumbre en imágenes, serían esas.

Esta localidad ubicada a 94 km de Córdoba capital es un botón sofisticado en Punilla, y a la vez un pueblito tranquilo con gente cálida ideal para una escapada de invierno o verano. Por allá anduve días atrás, y me permito pasarles algunos datos que pueden tentarlos. 

Antigüedades. Se venden en muchos lugares y, y la verdad es que la atmósfera nostálgica del lugar inspira para husmear horas en ellos. Descubrí un rincón maravilloso: El Cóndor Cachivaches, una esquina (Bartolomé Jaime 204) donde muebles de madera, de hierro, marcos, espejos, vajilla, ropa y cientos de objetos de otra época disputan espacio a árboles y enredaderas. También hay algunos productos de diseño, como ropa y pequeños objetos.

Su dueña, es una de los muchos “autorefugiados” en La Cumbre: gente que llega desde destinos distantes, generalmente grandes ciudades, a instalarse en esa paz. En este caso, aterrizó luego de una década de vivir en otros países. La propiedad es de familia, y alberga también un hostel.

(fotos de El Cóndor Cachivaches)

Poética la variedad de platos, platitos, tazas y tacitas antiguas (unidades desde $10) y vajilla en general. Hay latas (desde $15), sillas y mesas, cocinas antiguas, heladeras, camas, etc. Debajo pueden ver parte de mi compra, fue modesta y apremiada por el berrinche de mi mini-escribano que insistía en maniobrar un remo-ciclo por el jardín. También compré tacitas viejas que usaré como mini-macetas.

Mi mamadera antigua con flores en hilo.

Te y ricuras. Miren estos lugares a donde se come con los ojos y con el estómago con igual deleite. Dos de las muchas alternativas “cumbreras” para las five o clock`o cuando les pinte antojo. Este es Té de Marzo, en Belgrano 564 (tel. 03548-15532202)

Salón Amores. Este otro rinconcito de aire francés en calle Belgrano al 300 tiene ricuras dulces y saladas, ideales para un almuerzo/cena livianos (como hicimos nosotros) o una contundente merienda. 

Recomiendo fervientemente los sandwichs, como el tibio de brie, jamón crudo y rúcula que disfrutamos con mi esposo ($26 c/u). Para mi peque hubo un especial mini de jamón y queso calentito que se devoró antes de convertirse en la sombra de una nena dulce que estaba en el lugar.

¿Y el surrealismo? Se preguntarán... miren el próximo post!